A lo largo de las últimas décadas, El Salvador había sido considerado como uno de los países más violentos de la región centroamericana. Entre los años 2000 y 2019 se contabilizaron más de 70,000 mil homicidios en el país, generando inseguridad social global y posicionando al país como uno de los destinos más peligrosos y violentos para viajar, alejando a la demanda extranjera y por ende, perjudicando los ingresos anuales que percibe este sector tan importante para garantizar el buen flujo de la economía del país.
Un claro ejemplo de los beneficios que ha traído esta estrategia implementada es el destino Sunset Park, ubicado en el puerto de La Libertad: un lugar que desde su apertura ha ganado popularidad entre los nacionales y extranjeros. Es un destino que cada fin de semana sigue sumando visitas de la población y el cual se ha visto beneficiado por el aumento en la presencia policial y militar en este espacio turístico, obteniendo un aumento de más del 20% de afluencia cada fin de semana, según las estadísticas proporcionadas por el Instituto Salvadoreño de Turismo (ISTU).
Gracias a las reducciones en la criminalidad por la implementación del Plan Control Territorial, se han creado condiciones idóneas para que los turistas y los inversores puedan visitar El Salvador con seguridad, lo que se ha visto reflejado en los datos obtenidos durante el cierre del año 2022 en este sector y esperando un mayor incremento de la afluencia turística para el presente año 2023.
Desde la llegada del Presidente Nayib Bukele se han implementado diferentes estrategias para combatir la delincuencia y reducir la inseguridad que se vivia día a día en el territorio salvadoreño. Tal es el caso del Regimen de Excepción decretado a nivel nacional el pasado 27 de marzo del año 2022, el cual se utiliza como medida para combatir a las pandillas, siendo extendido hasta el 2023 y obteniendo resultados favorables. Según las estadísticas del 2022, se cerró con un registro de 495 homicidios, siendo esta la cifra más baja de las últimas décadas.