154 homicidios fueron registrados el año pasado en el territorio salvadoreño, posicionando al país como un referente internacional gracias a la disminución histórica de los homicidios.
Estos datos contrastan con los 8,361 homicidios reportados en total para Centroamérica y República Dominicana. Este significativo descenso en El Salvador se atribuye al robusto plan de seguridad implementado por el presidente Nayib Bukele desde 2019 y a las herramientas que el Régimen de Excepción brinda a las autoridades para continuar con la guerra contra las pandillas.
La reducción de homicidios en El Salvador representa una disminución del 68.9% en comparación con los 495 asesinatos del año anterior. Mientras tanto, países vecinos como Guatemala y Honduras enfrentaron altos índices de violencia, con 2,944 y 3,035 homicidios respectivamente. El informe regional muestra una disminución general del 10.3% en homicidios en comparación con 2022, aunque Costa Rica experimentó un aumento en los casos de homicidio.
En la más reciente encuesta publicada por la Universidad Autónoma de Honduras y la Policía Nacional, revelan que se ha convertido en el país más violento de la región.
Los hondureños están viviendo en carne propia el flagelo que sufrió la población salvadoreña durante varias décadas por los grupos delincuenciales.
Según los datos estadísticos del Observatorio de la violencia, el estudio realizado revela que los hondureños sufren un promedio de 34 asesinatos por cada 100 mil habitantes, una cifra alarmante para los ciudadanos que no encuentran una solución a esta problemática.
Además, el país enfrenta una crisis de extorsiones, control de cárceles por pandillas, y una creciente actividad del narcotráfico, lo que agrava la situación de inseguridad.