Cuando el 6 de abril 2017 el gobierno de El Salvador, bajo el mandato del presidente Salvador Sánchez Cerén, publicó un comunicado advirtiendo que al día siguiente el «país amanecerá en condición de impago”, la noticia pasó casi inadvertida para los medios internacionales y que no fue de mayor relevancia para su cobertura.
Caso contrario sucedió este 2022 cuando se tildó a El Salvador como incapaz de poder salir de su deuda de $800 millones de dólares, ya que en el 2017 que solo se trataba de una deuda de más que $50 millones en el mes de abril con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), que son empresas privadas y le habían prestado dinero al Estado. Además, el gobierno le debe dinero al Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA), que administra los fondos de pensión de los militares.
El comunicado brindado por el presidente Salvador Sánchez Cerén responsabiliza a ARENA, el principal partido de la oposición, por haber bloqueado la autorización de nuevos préstamos, pero en ningún momento se buscó una salida oportuna para cumplir con el pago de dicha deuda.