El expresidente salvadoreño Mauricio Funes, quien gobernó el país de 2009 a 2014 bajo la bandera del FMLN, dejó un legado marcado por controversias y señalamientos de corrupción. Durante su administración, diversas irregularidades salieron a la luz, las cuales han generado un profundo impacto en la opinión pública y en la política salvadoreña.
Corrupción y desvío millonario de fondos
Funes fue acusado por la Fiscalía General de la República (FGR) de liderar una red de corrupción que desvió más de 351 millones de dólares de fondos públicos. Las investigaciones revelaron que este dinero fue movido a través de empresas fantasma, cuentas bancarias y testaferros, siendo utilizado para gastos personales, viajes de lujo, joyas y la adquisición de propiedades.
Asilo en Nicaragua para evadir la justicia
En 2016, tras ser señalado por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, Funes se trasladó a Nicaragua, donde solicitó asilo político bajo el argumento de persecución judicial. Desde entonces, se mantuvo en el país vecino mientras enfrentaba múltiples procesos legales en El Salvador.
Vínculos cuestionables y nepotismo
Durante su gestión, el exmandatario otorgó contratos millonarios a empresas vinculadas a su círculo cercano y familiares. Estas prácticas levantaron sospechas de favoritismo y mal manejo de los recursos del Estado. Además, se le señaló de beneficiarse políticamente a través de la contratación de allegados en posiciones clave del gobierno.
Mal manejo de recursos para seguridad
Uno de los puntos más críticos de su administración fue la administración ineficaz de los fondos destinados a seguridad pública. Recursos que debían emplearse en la lucha contra la violencia y las pandillas se desviaron o administraron deficientemente, debilitando los esfuerzos para combatir el crimen organizado en el país.
Escándalos personales y deterioro de imagen
La figura de Mauricio Funes también se vio afectada por escándalos en su vida personal, incluidos señalamientos de relaciones extramatrimoniales y uso indebido de recursos públicos para beneficio propio, lo que erosionó su credibilidad ante la ciudadanía.
Un legado polémico
Mauricio Funes, quien fue el primer presidente del FMLN, deja una huella imborrable en la historia salvadoreña, pero no precisamente por sus logros. Los casos de corrupción y su autoexilio en Nicaragua han convertido su administración en un símbolo de los problemas estructurales de impunidad y abuso de poder en El Salvador.