El Senado francés adoptó este jueves de madrugada la ley que instaura el pasaporte de vacunación, que establece la obligatoriedad de tener todas las dosis para acceder a la mayor parte de los lugares públicos, incluidos bares y restaurantes.
La Cámara alta, dominada por la oposición conservadora, introdujo algunas modificaciones con respecto al texto que la pasada semana fue adoptado por los diputados, donde el Gobierno de Emmanuel Macron cuenta con una holgada mayoría.