Luego de años de deterioró físico, la gran maestra de la danza clásica del país murió a los 95 años, siempre preocupada por sus alumnos y la Cultura nacional. Nacida en Buenos Aires, Argentina, el 19 de octubre de 1927, Alonso llegó a tierras cuscatlecas hace 58 años, después de estudiar danza clásica en el Conservatorio Nacional de Música y Arte Escénico, danza española y folclor latinoamericano en su país natal, y tras desempeñarse como bailarina profesional, maestra y coreógrafa en varios países.
Llegó a El Salvador en 1961, luego de habérsele otorgado una plaza de maestra en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Desde entonces, ella se enamoró del Pulgarcito de América y El Salvador le abrió las puertas y la acunó en su seno.
Desde entonces, varias generaciones de artistas de la danza pasaron por las aulas de la doña Alcira, quien con pasión, constancia y disciplina hizo brillar el ballet en la nación cuscatleca.
Alonso también se desempeñó como directora del Ballet Universitario de la Universidad de El Salvador y luego creó el primer Ballet Estudio en la capital, lo hizo por sugerencia del escultor Enrique Salaverría, quien más tarde se convertiría en su esposo.
Hay que destacar que ella introdujo en el país y en toda Centroamérica el sistema de enseñanza de ballet clásico de la Royal Academic of Dance, con sede en Londres; fundó el Ballet Folclórico Nacional y la primera Escuela Municipal de Ballet de San Salvador. Ella creía mucho en el talento nacional y siempre tuvo el anhelo de fundar una Compañía Nacional de Danza de alta calidad.
Los restos de doña Alcira serán velados en el Complejo Funerario de Montelena, este 27 de julio de 2:00 de la tarde a 10:00 de la noche. Habrá una misa de cuerpo presente el viernes 28 a las 11:00 a.m. en la Parroquia de Montelena.