Numerosas alarmas se encendieron esta semana cuando el petróleo superó por primera vez en casi ocho años el precio de US$80 por barril.
Lo que quiere decir que el petróleo subió un 50%. Analistas consultados por el periódico Reuters, consideran que los precios del crudo podrían seguir aumentando hasta los $125 dólares por barril este año y $150 dólares en 2023, aunque un recorte de la oferta por parte de la OPEP podría contenerlo en los $100 dólares por barril, un precio que, en cualquier caso, no se alcanzaba desde 2014.
Desde el inicio de la pandemia de covid-19 el tema del precio del petróleo parecía haber dejado de ser de interés público, gracias a los bajos precios registrados durante todo 2020 y parte de 2021.
Hace apenas un año, el WTI costaba apenas $40 -un precio un 20% más bajo que antes de la irrupción del coronavirus- por lo que llenar el tanque de combustible no era un asunto de preocupación. Ahora, millones de automovilistas notan la diferencia en su bolsillo.
Un elemento novedoso que ha contribuido al aumento del precio del crudo es la contención que han mostrado los productores de petróleo en Estados Unidos.