Rafael Nadal ya es historia. El tenista español logró su vigesimoprimer Grand Slam en la madrugada de la ciudad australiana de Melbourne en un partido épico que pasará a los mejores recuerdos de los aficionados al tenis. Cinco sets en 5 horas y veinticuatro minutos que declinaron la balanza a favor del español con un 2-6, 6-7(5), 6-4, 6-4 y 7-5. Nadal logró alzar su segundo Open de Australia en un partido agónico que le convierte el tenista masculino más laureado de la historia.
Nadal había llegado a esta cita con la presión de saber que si se alzaba con el trofeo, superaría a Noval Djokovic y Roger Federer en número de Grand Slams -ya que, hasta hoy, los tres tenían un triple empate a 20-, y con la ilusión de poder volver a hacerse con un Open de Australia, un torneo que solamente había ganado una vez en el año 2009.
Medvédev era quizá el rival más fuerte que podría tener el mallorquín tras la imposibilidad de disputar el torneo de Novak Djokovic. El tenista moscovita venía precisamente de arrebatar el 21º Grand Slam a la estrella serbia en el US Open y cabía la posibilidad de que la historia se repitiera en Melbourne teniendo a Nadal como víctima.