Este 12 de diciembre, la Basílica de Guadalupe en Antiguo Cuscatlán se llenó de fervor y devoción mientras miles de feligreses católicos se congregaron para celebrar el Día de la Virgen de Guadalupe. Desde las primeras horas de la madrugada, los devotos se hicieron presentes con ofrendas de flores, serenatas y veladoras.
Desde el amanecer hasta el anochecer, los devotos acuden a la basílica para rendir homenaje a la Virgen Guadalupana. El ambiente se llena de cánticos, oraciones y el aroma de las veladoras encendidas, creando una atmósfera única de espiritualidad y conexión con lo divino.
Este día no solo es un recordatorio de la aparición de la Virgen, sino también un momento para la reflexión y la veneración. La fe se manifiesta en gestos sencillos como la ofrenda de flores, que simboliza el amor y la devoción de quienes buscan la protección y guía de la Virgen de Guadalupe en sus vidas.
La celebración no solo atrae a los locales, sino también a visitantes de diferentes lugares que desean ser partícipes de esta experiencia única. La Basílica de Guadalupe se convierte así en un punto de encuentro de la fe, donde se entrelazan historias, tradiciones y expresiones de devoción.
El Día de la Virgen de Guadalupe en Antiguo Cuscatlán es mucho más que una conmemoración religiosa; es un encuentro de la comunidad, un momento de reflexión espiritual y una expresión vibrante de fe que perdura a lo largo de los años. La tradición sigue viva, y cada año, la Basílica se llena de la luz de las veladoras y la esperanza de aquellos que buscan el amparo de la Virgen de Guadalupe.