En la mente de los salvadoreños aún se recuerdan a las 17 personas que murieron quemadas entre las llamas del microbús y 15 más resultaron heridas por miembros de la Pandilla 18 en Mejicanos el 20 de junio de 2010.
Este suceso fue organizado como venganza de la pandilla 18 frente a sus rivales de la Mara Salvatrucha, este atentado está considerado como el más sangriento de las pandillas de El Salvador debido a una crueldad nunca vista hasta entonces contra la población civil. Al día siguiente, hombres de la 18 dispararon contra un microbús que venía de aquella misma colonia gobernada por la MS-13. Murió una niña y el conductor.
El hecho consternó al país, ya que entre las víctimas había una menor de 18 meses. Estos grupos criminales operaban en el país sin que el gobierno de turno aplicara estrategias para frenarlos. Los fallidos intentos de la administración del expresidente prófugo, Mauricio Funes, solo fortalecieron a estos grupos que atentaban constantemente contra la población salvadoreña.
Ahora en día, los salvadoreños respiran la verdadera paz porque en la historia de El Salvador, es el primer Gobierno que ataca de manera frontal la delincuencia con verdaderas estrategias que han servido para pasar del país más peligroso en el mundo, a uno de los principales países más seguros en todo Latinoamérica.