Eran las 11:33 de la mañana de un sábado cuando el 13 de enero del 2001 un devastador terremoto magnitud 7.7 con epicentro frente a la costa de Usulután irrumpió en El Salvador. 944 personas fallecieron por el terremoto, que destruyó 108,261 viviendas, causó 445 derrumbes y dañó 405 iglesias y 1,155 edificios públicos, según datos del Comité de Emergencia Nacional.
Han pasado 22 años de esta tragedia donde las pérdidas que sufrió El Salvador se estiman en $1,255.4 millones, de acuerdo con cifras de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe . Sus efectos se hicieron sentir en la economía, la sociedad y el medio ambiente. Gran número de viviendas, carreteras, caminos y otras estructuras fueron dañados o destruidos. A pocas horas del desastre se declaró Estado de Emergencia Nacional.
Ocurrieron numerosos deslizamientos o derrumbes, siendo el de mayor impacto el ocurrido en colonia Las Colinas, en Santa Tecla. Fuentes oficiales reportaron que a nivel nacional fallecieron 944 personas; 1,155 edificios públicos resultaron dañados; 108,261 viviendas fueron destruidas y 19 hospitales dañados.