Fue el 12 de julio de 2009, cuando fue presentado ante los jueces y fiscales, un caso donde un pandillero ubicado como José Roberto Martínez había sido detenido por miembros de la PNC por haber asesinado a un Policía que se encontraba en el sector de La Campanera.
Al momento de la audiencia contra el capturado, se le pudo encontrar un arma que no tenía registro legal para poder ser portada con su respectiva documentación. Al momento de escuchar a un miembro de la PNC que realizó su trabajo de inspección de zona debido al asesinato de un compañero de dicha institución, menciona que se detiene a Jose Roberto Martínez y a otros miembros de la pandilla 18.
El agente, citado en la audiencia, detalló los delitos por los que se habían detenido: portación ilegal de armas, miembro de agrupaciones ilícitas y por supuesto, el asesinato de un elemento de la PNC.
Las razones por las que los “jueces” lo dejaron en libertad, fue por no tener “la ropa interior adecuada para poder sostener en ella, un arma… razón por la cual se le absuelve a la persona involucrada por los hechos acusados”.
Para el año 2009, la Fiscalía General de El Salvador brindó un reporte en el que aseveraba que el 85 por ciento de los homicidios, además de ejecutarse con armas de fuego, se podían atribuir a las «maras». El Salvador es uno de los países más peligrosos del hemisferio occidental, con una tasa de más de 60 homicidios por cada 100.000 habitantes.