La predicción del comportamiento del consumidor en base a sus búsquedas en internet tiene los días contados.
Sin embargo, dentro de unos dos años la publicidad digital personalizada sufrirá un revés por el impedimento que la multinacional tecnológica impondrá a terceros a la hora de recabar información de su navegador. Las conocidas como ‘cookies’ de terceros son utilizadas para «espiar»‘ las costumbres de los consumidores en internet, enviarlas a un tercer dominio y en base a estos datos convertidos en resultados después por un algoritmo, ofrecer al usuario un anuncio personalizado en función de sus búsquedas.
Con el objeto de fortalecer la privacidad, Google ya no usará mecanismos para rastrear la actividad de las personas una vez que elimine del buscador las cookies de terceros, lo que sería dentro de un año, así que las empresas ya no contarán con bases de datos segmentados de los usuarios para enviarles publicidad, lo que afectaría al marketing, señalan expertos del área.