Las estadísticas brindadas para los diferentes gobiernos de Europa, apuntan a una preocupación global por una posible y cercana crisis mundial de energía, la primera de este siglo. La guerra en Ucrania, que derivó en una crisis energética para los países europeos, pone en riesgo el suministro para varias naciones.
Se va a esperar un invierno «realmente duro» debido a la disminución del suministro de gas natural a medida que Rusia restringe los flujos, mencionó el presidente ejecutivo de Shell, Ben van Beurden. Como resultado, los precios del gas natural, utilizado para la industria pesada y la calefacción, se han disparado, afectando grandemente a la población.
Los gobiernos de Italia y Alemania advierten que Moscú podría emplearlo como pretexto para seguir enviando menos gas a Europa, pero hay grandes preocupaciones sobre el efecto que tendrá una nueva reducción de las entregas de gas ruso en los próximos meses, dijo el Ministerio de Economía.