Los ataques de la administración de Daniel Ortega hacia la feligresía de la Iglesia Católica, continúan siendo registrados debido a cientos de nicaragüenses asistieron el sábado a una misa en la catedral de Managua bajo vigilancia policial, después que el gobierno prohibiera una procesión.
Las personas que llegaron a los actos programados por la iglesia, comentan que solo se reunieron en los predios del edificio religioso para recibir a la venerada imagen, la Virgen de Fátima, mientras en los alrededores la policía desplegó efectivos. La Arquidiócesis de Managua convocó a una misa después de informar que la Policía había prohibido «por razones de seguridad interna» un peregrinaje con la virgen de Fátima que se había organizado por las calles de la capital.
La prohibición de la procesión también fue denunciada por un párroco en Terrabona, municipio de la norteña ciudad de Matagalpa, 127 km al norte de Managua, y sede de la diócesis que preside el obispo Rolando Álvarez, quien permanece retenido en la curia arzobispal desde hace una semana.
Las autoridades iniciaron una investigación a Álvarez, de 55 años, por intentar «organizar grupos violentos» e incitar a «actos de odio» para desestabilizar al país.